Jesús le dijo a Tomás que él era el camino, la verdad y la vida. Eso es lo que ha estado revisando el grupo de catequistas en el atardecer del jueves: el camino recorrido, las enseñanzas que de verdad han dejado huella y la vida. ¡Cuánta vida compartida!
Encontrar un lugar y un grupo de personas con las que compartir fe y vida es un privilegio. Por eso, nunca olvidamos el motivo por el que estamos aquí: prepararnos como catequistas para poder acompañar y enseñar a los niños y niñas los aspectos más importantes de nuestra religión, la vida de Jesús y que Él les quiere, les acompañará toda su vida y será su guía siempre que lo necesiten.
También, hemos dicho adiós a las madres que durante este tiempo se han encargado de la formación de los niños para prepararlos para la Primera Comunión. Gracias por dedicar vuestro tiempo, esfuerzo y cariño a esta tarea tan importante.