Hoy hemos tenido diferentes celebraciones en la capilla y en las clases, en las cuales se ha explicado el gesto de la imposición de la ceniza. Así hemos celebrado de manera especial el comienzo de la cuaresma.
La cuaresma es el cuadragésimo día antes de la Pascua. Son 40 días de preparación para la gran fiesta de la Pascua. En el tiempo de cuaresma se nos invita a escuchar desde el corazón la Palabra. Escuchar la vida, sentir que brota allí donde somos capaces de apostar por el “Otro”, por los otros/as, por mis hermanos/as, por la humanidad. Escuchar la belleza de la Palabra, que nos invita a entrar en el misterio de Dios para comprender el misterio del ser humano. Así la cuaresma es tiempo de esperanza: “cuaresma es el tiempo para volver a respirar, es el tiempo para abrir el corazón al aliento del único capaz de transformar nuestro barro en humanidad”.
No se trata de un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por ello, durante esta semana vamos a aprovechar para abrir nuestros oídos a la Cuaresma, a ese tiempo de meditación, reflexión y recogimiento. Vamos a abrir nuestros oídos al corazón, a escuchar atentamente qué nos dice para, en este tiempo, poder cambiarlo hoy convertirnos en mejores personas.